LIDERAZGO ¿QUÉ ES SER UN BUEN LÍDER?
Por Gustav Juul / Presidente / RHHR Group
“El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, valor y disciplina, confiar sólo en la inteligencia resulta en rebelión; el sólo ser humano resulta en debilidad. Fijación en honradez resulta en locura. Dependencia de la fuerza del valor resulta en violencia. Ejercer sólo disciplina resulta en crueldad. Cuando uno tiene las cinco virtudes, cada una para la función que le corresponde, entonces uno puede ser un líder”
Desde hace milenios, el tema de liderazgo ha sido de gran relevancia; Platón en su escrito “República” y Plutarco en “Vidas paralelas” explotaron las cualidades que definen a un líder. Ellos basaban sus teorías en la existencia de características comunes y seguramente hereditables que poseían los líderes y carecían aquellos que no lo eran.
En la década de los cuarenta y principios de los cincuenta, investigadores como Stogdill y Mann cambiaron radicalmente las teorías sobre liderazgo. Los avances tecnológicos les permitieron realizar estudios cuantitativos en donde en donde descubrieron que algunas características eran comunes entre líderes, era probable que la persona que lideraba alguna situación de manera efectiva, no sería exitosa en otra. De modo que, el liderazgo no era una característica perenne sino una situacional.
Hoy en día, la capacidad que ofrece la era informática y los métodos para medir resultados indican que las teorías de Sun Tzu y los antiguos griegos tenían un enfoque, aunque válido, incompleto. A raíz de eso, comenzaron a surgir indicios que la inteligencia, la disciplina, determinación y visión son requisitos para lograr el éxito, pero no son suficientes.
Estos estudios demostraron que los líderes efectivos se distinguen por poseer un alto nivel de “Inteligencia emocional”, la cual se compone por cinco competencias: la autoconciencia (Comprender el origen de los sentimientos), control emocional (Aprender a canalizar positivamente las emociones), motivación (Encontrar razones para superarse y motivar a otros), habilidad social (Relacionarse sanamente, respetar a los demás y hacerse respetar) y empatía (Percibir los sentimientos de los otros).
La inteligencia Emocional
La mayoría de las grandes empresas contratan psicólogos o consultorías internas como RHHR Group para crear, y revisar sus modelos de competencias, así como ayudar a la organización a identificar, formar, desarrollar y promover a los individuos con mayor potencial a ser líderes.
Como parte de nuestro trabajo, hemos analizado a más de 100 empresas exitosas, tanto internacionales como nacionales y en todas se ha confirmado la teoría de “inteligencia emocional”. Aunque el IQ y la capacidad técnica son importantes, la inteligencia emocional de una persona es un factor decisivo al considerar su potencial de liderazgo; sin ella, una persona analítica, brillante y con ideas increíbles no logrará ser un líder.
Estadísticamente valoramos que el conocimiento y la capacidad cognitiva son factores importantes para lograr un excelente desempeño, pero cuando se comparan la capacidad técnica y el IQ con la inteligencia emocional, como ingredientes para ser un líder exitoso, el peso que tiene la inteligencia emocional supera el 65% del resto. Cuando comparamos a directivos “Estrella” de alta dirección con aquellos que no destacan, se le atribuye 90% más de inteligencia emocional frente al IQ y sus capacidades técnicas.
Anécdotas sobre personas altamente inteligentes que fracasan en puestos gerenciales o de dirección y aquellas no “Brillantes” que al ser promocionadas son toda una revelación, confirman los resultados de nuestros estudios. Es cierto que cada líder tiene su propio estilo, no obstante, comparten la misma característica: un alto nivel de inteligencia emocional. A continuación, se presentan las cinco competencias que componen la inteligencia emocional.
1 AUTOCONCIENCIA
La autoconciencia es el conocimiento profundo de las emociones que uno mismo vive; es conocer las fortalezas y debilidades que se posee, reconocer las propias necesidades y lo impulsa a cada uno. Personas altamente autoconscientes sin honestos con sí mismos y con los otros, no son muy críticos ni excesivamente optimistas. Así mismo, reconocen la manera en que sus sentimientos afectan a otros, en su desempeño laboral y a ellos mismos. Además, son sinceros, se autoevalúan de manera realística, hablan sobre sus emociones con precisión, de forma abierta y del impacto que tienen en su trabajo.
Ésta se puede identificar claramente durante las evaluaciones de desempeño; las personas autoconscientes se mostrarán confiados al hablar sobre sus limitaciones y fortalezas, demostrarán gran interés en recibir crítica constructiva. En contraste, un individuo con baja autoconciencia recibirá la retroalimentación con apatía y la verá como señal de fracaso.
2 CONTROL EMOCIONAL
Al igual que cualquiera, las personas que logran el control emocional pueden tener cambios de humor, pero encuentran maneras de controlarlos; poseen la habilidad de controlar impulso en lugar de actuar sobre ellos.
Personas con control emocional son razonables y crean un ambiente de confianza e imparcialidad a pesar de lo que sienten. En la cambiante y acelerada vida empresarial es imprescindible el control cuando se proponen nuevas iniciativas, en lugar de entrar en pánico, se informan y escuchan a otros para formular su conclusión.
Éste también ayuda a gozar un nivel de integridad más pronunciado, ya que muchas de las acciones negativas realizadas por los empleados son a causa de comportamientos impulsivos; en contraste, aquellas que los controlan llegan a una conclusión ponderada y madura de la cual crea relaciones sólidas cimentadas en la confianza.
LAS CINCO COMPETENCIAS QUE COMPONEN LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (IMAGEN)
3 MOTIVACIÓN
Líderes efectivos buscan superar expectativas propias y aquellas impuestas por otros. Aunque muchos están motivados por factores externos como grandes sueldos y títulos llamativos, aquellos que tienen motivación de liderazgo se apasionan por “lograr” o simplemente por saber que cumplieron un reto. Les entusiasma el trabajo, buscan retos, se retan a sí mismos, les gusta aprender y se enorgullecen de su trabajo. También, se muestran impacientes con el status, buscan mejorar e innovar necesitan métricas para medir sus resultados. En contrapartida, las personas con poca motivación suelen ser confusas en relación a sus resultados. Personas con una alta motivación son optimistas a pesar de situaciones adversas, la autoconciencia combinada con la motivación, ayudan a superar la frustración y depresión que resultan de un fracaso.
La motivación por el logro se traduce a un liderazgo sólido porque cuando líderes se ponen a ellos mismo una barra de desempeño alta, también lo harán para el resto de la organización. El afán por la superación tiene la tendencia a ser contagiosa y por ende, líderes de este tipo suelen rodearse de personas con las mismas características.
4 HABILIDAD SOCIAL
Sin duda alguna, un líder debe tener la habilidad de ser social, ya que es pieza clave para el cumplimiento de objetivos por medio del trabajo con y de otros. Tener un buen manejo de relaciones es causa de ser amigable con el propósito de mover a la gente en la dirección que uno quiere. Personas con eta habilidad tienden a tener un amplio círculo de amistades y encuentran la manera de incluir a aquellos que pudieran necesitar en un futuro. Esta habilidad no se trata de socializar continuamente, pero sí de trabajar bajo la idea de que solo no se llega lejos. Por lo tanto, estas personas se esfuerzan por tener una red de contactos de la cual apoyarse cuando lo necesiten.
Las personas socialmente hábiles identifican los elementos necesarios para persuadir a su equipo usando lo más efectivo, ya sea una súplica emocional o un razonamiento práctico. Además, son excelentes colaboradores porque su entusiasmo es contagioso y trabajan para encontrar la mejor solución. Invierten mucho tiempo en comidas, eventos, pláticas, mandando mensajes o hablando por teléfono. Esta competencia va de la mano con el control emocional, debido a que cuando uno sabe controlar sus emociones puede prestarles más atención a las necesidades emocionales de otros.
5 EMPATÍA
La empatía significa consideración hacia los sentimientos de los demás al tomar decisiones inteligentes. Líderes empáticos entienden lo que define emocionalmente a cada uno de nosotros y se interesan en lo que su equipo siente en tofo momento, saben leer el lenguaje corporal y “entre líneas” de manera intuitiva.
Esta competencia es clave para el liderazgo en el ambiente laboral que se basa en el trabajo en equipo. Dentro de éste, es necesario que el líder comprenda los puntos de vista de cada uno de los integrantes del equipo, su estado emocional y fomente al grupo a hablar abiertamente.
¿Se puede aprender a tener inteligencia emocional?
Durante siglos, se ha debatido si los líderes nacen o se hacen, la respuesta es ambos. Evidencia científica comprueba la existencia de un componente genético en la inteligencia emocional, pero también hay una parte que se puede desarrollar a lo largo de la vida; cuando se comparan es difícil determinar cual tiene mayor peso.
Lo que está claro es que la inteligencia emocional incrementa con la edad y se debe a la madurez. Para desarrollarla, uno debe enfocarse en el sistema límbico, el cual gobierna las emociones, los impulsos y la motivación. Desafortunadamente, muchos de los programas que se implementan no funcionan, ya que utilizan los mismos métodos de aprendizaje que se usan en cursos de conocimientos técnicos que gobiernan la habilidad analítica y técnica.
Es importante mencionar que trabajar la inteligencia emocional no puede lograrse sin el deseo y el empeño de la persona que busca desarrollarse. Ser un líder es un trabajo continuo que se logra mediante años y décadas de esfuerzo en el desarrollo de las competencias de la inteligencia emocional.
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“Antes de ser un líder, el éxito se trata solo del crecimiento propio. Una vez que te vuelves un líder, el éxito se define por el crecimiento de otros.” --- Jack Welch